Piedras en la construcción de vías ferroviarias.
Si te has fijado alguna vez es muy común ver una capa de pequeñas piedras entre los raíles de las vías del tren. Esta capa de grava o de piedra machacada normalmente de granito se llaman balasto. Su función es fijar, asentar y sujetar las piezas de madera que se atraviesan en la vía para sujetar los raíles. Estas piezas se llaman Traviesas.
Otra de sus funciones también es hacer de muelle que amortigua la presión que ejerce el peso del tren al pasar por los raíles. Reparte la presión bajo la traviesa para impedir que el subsuelo blando se dañe con el peso de los trenes. Funciona como una superficie sólida pero con una cierta elasticidad que permite absorber las vibraciones. Si no estuviesen estas piedras, la vibración y presión que sufre el terreno haría que este se agriete y sufra desperfectos. Por otra parte estas piedras absorben el agua de la lluvia para evitar posibles accidentes.
El grosor de esta capa depende del tipo de trenes que tengan que circular por la vía. Para trenes de alta velocidad se coloca una capa de 30 cm de grosor, pero en otros trenes de menor velocidad el grosor es de unos 22 cm.