Mindfulness…¿en el trabajo?
Mindfulness, o atención plena, es la capacidad de la mente para observar las experiencias de nuestra vida con aceptación, sin juicios de valor y con la mente abierta. Pero Mindfulness es mucho más. Su práctica regular favorece el desarrollo de las habilidades sociales, facilita la comprensión y la regulación de nuestras emoción. ¿Cómo puedo practicar mindfulness en el ámbito laboral?
Un ejemplo muy recomendable sería que al llegar a nuestro puesto dedicáramos cinco minutos para situarnos en el día, estructurar la jornada laboral y tomar conciencia de cómo vamos a plantear lo que queda por delante. Es decir, respirar….y comenzar.
Otra forma de conectarse con el momento y el sitio donde nos interesa permanecer, es decir, en el presente, es sentarse y tomar conciencia del cuerpo, de las posturas y de las tensiones. Ello ayudará a poder relajarnos y poner el foco en el trabajo sin la presencia de aquello que nos perturba. Cualquier momento del día puede ser aprovechado. El café o el almuerzo se pueden utilizar para cambiar rutinas.
Podemos dedicar un par de días a la semana para disfrutarlos en soledad siguiendo la técnica mindfulness de saborear las sensaciones. Para ello, es importante dedicarle tiempo y no distraer tu atención a otra cosa que no sea ese preciso momento. Texturas, sabores y olores conectarán nuestro ser con el momento en el que estamos.
Un ejemplo para reconducir nuestra atención es limitar el tiempo de las relaciones sociales virtuales. Ponte un horario exclusivo para leer o responder a lo largo de la jornada de trabajo. Así durante el día dejarás de lado la sensación constante de revisar el correo, el Facebook o cualquier red social en la que estés. Pacta contigo mismo.
Como hemos hablado, la atención es limitada. Cada 50 minutos o cada hora se puede parar.
Fuente: lamenteesmaravillosa.com